

Crianza positiva y crianza consciente. Cómo educar a los hijos.
Validar emociones: La tristeza es necesaria
Cómo educar a los hijos con crianza positiva y respetuosa
BOTICARIO
Dario Strava
8/7/20243 min leer
El cumpleaños de Laura: entre canciones y lágrimas
Recuerdo cuando Laura cumplió seis años. Aún puedo ver su carita de nervios mientras se preparaba para su cumpleaños, con su larga trenza morena y esos tirabuzones rebeldes que caían sobre su frente.
La casa estaba llena de ruido, risas y una energía electrizante. Sus primas mayores, siempre un torbellino de entusiasmo, se acicalaban en el baño mientras cantaban a pleno pulmón.
La canción de la libertad: ¿Sabes lo que más me impactó? Ver cómo esa canción resonaba en Laura. Aunque era pequeña, sentía una conexión especial con esa letra rebelde y desafiante.
En su interior, Laura sabía que sus preocupaciones a menudo eran ignoradas por sus padres. Cuando lloraba, ya fuese por una muñeca rota o porque su dibujo no salía como quería, solo recibía frases como “Llorar no es de valientes”. ¡Vaya frasecita!
Es como si le dijeran que su tristeza no valía nada, y eso, créeme, deja huella.
La tristeza silenciosa: Laura, a su corta edad, ya se enfrentaba a un mundo que no entendía su sensibilidad. Imagínate ser tan joven y sentir que tus lágrimas no tienen importancia, que tus emociones son un inconveniente.
Cada vez que lloraba y recibía una reprimenda o una risa, su tristeza se profundizaba. Se volvía un poco más callada, un poco más distante. No es justo, ¿verdad?
Y aquí es donde quiero hacerte pensar un poco. ¿Cuántas veces ignoramos los sentimientos de los más pequeños, pensando que son cosas sin importancia?
Es fácil decir “No llores” o “No pasa nada”, pero para ellos, cada lágrima cuenta, cada emoción es real y valiosa.
Reflexionando sobre el apoyo emocional: En este punto, me pregunto: ¿qué podemos hacer diferente? A veces, la clave está en escuchar más y hablar menos.
En lugar de decirle a Laura que no llore, podríamos preguntarle por qué está triste. Validar sus sentimientos y hacerle saber que está bien llorar. Que sus emociones importan.
No es solo cuestión de ser padres o tíos. Todos tenemos un papel en la vida de los niños que nos rodean. Podemos ser esa voz de consuelo, ese oído atento que necesitan.
Porque, al final del día, lo que más desean es sentirse comprendidos y queridos. Y te aseguro que ese pequeño esfuerzo tiene un impacto enorme en su desarrollo emocional.
El poder de la empatía: ¿Te acuerdas de alguna vez en que te sentiste ignorado o incomprendido? Es un sentimiento horrible, ¿verdad?
Ahora, imagina sentir eso constantemente. La empatía es una herramienta poderosa. Laura, como muchos niños, solo quería sentirse valorada y escuchada.
Y la verdad es que todos podemos hacer un poco más para asegurarnos de que los niños a nuestro alrededor se sientan así.
Así que la próxima vez que veas a un niño llorar, tómate un momento. Agáchate a su nivel y pregúntale qué le pasa.
Ofrece un abrazo y unas palabras de consuelo. Porque, aunque no lo creas, esos pequeños gestos pueden cambiar una vida.
En conclusión, tomemos una lección del nervioso cumpleaños de Laura.
Valoremos más las emociones de los niños y hagamos un esfuerzo consciente para escucharlos y apoyarlos.
Porque, al final del día, todos necesitamos sentirnos comprendidos y queridos.
Gracias por leerme. Recuerda, cada lágrima cuenta, y cada sonrisa también.
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