Cómo educar a los hijos. Crianza positiva y consciente.

Ser ejemplo

Ser ejemplo: Padre se cabrea con el niño por pintar la pared

Cómo educar a los hijos con crianza positiva y respetuosa

BOTICARIO

Dario Strava

9/19/20244 min leer

¡Ojo con cómo reaccionas! Tu hijo te está imitando más de lo que crees

¿Te ha pasado alguna vez que te encuentras en una situación que te deja paralizado por un segundo y luego… ¡PUM!, explotas sin pensarlo? Bueno, te cuento lo que me pasó el otro día. Estaba en la cocina, preparando la comida tan tranquilo, cuando escucho unos ruiditos sospechosos desde el salón. Me giro y ahí estaba mi pequeñajo de cuatro años, rotulador en mano pintando la pared como si fuera Picasso. ¡Lo primero que salió de mi boca fue un grito!

"¡¡¡PERO NIÑO, QUÉ HACES!!! ¡¡¡QUE ESO NO SE HACE!!!" Y claro, el pobre se asustó, soltó el rotulador y me miró con esos ojitos que te parten el alma. Pero ya era tarde, la reacción automática había salido a la luz.

¿Qué ha aprendido realmente? Ahora, aquí viene lo bueno. Un par de días después, estábamos en el salón. El niño y su hermana estaban sentados en la mesa, pintando juntos. Todo iba de maravilla, hasta que la pequeña, en su entusiasmo se salió del papel y pintó en la mesa. ¡Y de repente escucho al mayor, enfadadísimo!

"¡¡¡HERMANA, QUÉ HACES!!! ¡¡¡ESTÁS PINTANDO LA MESA, ESO NO SE HACE!!!" Casi me caigo de la risa nerviosa. Era como verme en un espejo, pero en miniatura. Ahí me di cuenta de lo poderoso que es el ejemplo que damos. Así que ojo, que los niños no solo te escuchan, ¡te imitan!

¿Por qué reaccionamos así? Es natural. Los adultos entre el estrés del día a día, las responsabilidades y seamos sinceros, el cansancio que nos arrastra, a veces simplemente explotamos. Pero no siempre nos damos cuenta de que nuestros hijos están absorbiendo todo, cual esponjas. No solo ven lo que decimos, sino también cómo lo decimos. Y eso es lo que aprenden. Porque claro, ellos no nacen sabiendo cómo gestionar sus emociones, lo aprenden de nosotros. Y si cada vez que algo va mal, lo primero que hacemos es gritar, ellos van a hacer lo mismo. No es magia, es imitación pura y dura.

Enseñar con empatía: Entonces, ¿qué podemos hacer? Pues la próxima vez que te veas en una situación parecida (¡que la habrá, porque vamos, los niños son un caos creativo andante!), intenta respirar profundo antes de soltar el grito. Sé que no es fácil. A veces te hierve la sangre y parece que lo único que puede sacarte de ahí es un buen grito. Pero, si nos tomamos un segundo, podemos mostrarles que hay otras formas de reaccionar. "Eh, cariño, la pared no es para pintar. Vamos a buscar un papel y me enseñas lo que estás dibujando". Claro, no digo que siempre me salga así de zen. Pero cada intento cuenta, créeme.

Un dato curioso: Los estudios dicen que los niños que crecen en ambientes donde se les habla con respeto y calma desarrollan mejores habilidades para resolver conflictos. Y no hace falta que te diga lo importante que es eso para su vida futura, ¿no?

El impacto de nuestras acciones: Y es que no se trata solo de ese momento en el que el niño pinta la pared o se sale del papel. Se trata de cómo le estamos enseñando a lidiar con sus propios errores y los de los demás. Si siempre reaccionamos con enfado, ¿qué mensaje le estamos enviando? Que los errores son algo terrible, que deben ser castigados. Pero si en lugar de eso, les mostramos que los errores son oportunidades para aprender (aunque, claro, no es que quiera que pinten la pared cada día...), entonces estamos sembrando una mentalidad más sana y positiva en ellos.

En conclusión: Educar no es fácil, lo sé, y ser consciente de cada reacción nuestra puede parecer imposible. Pero te aseguro que merece la pena intentarlo. Al final del día, los niños te ven como su modelo a seguir y eso es un peso que aunque a veces asusta, también nos da una oportunidad increíble de enseñarles valores de verdad. Porque, vamos, ¿quién no quiere que su hijo crezca siendo empático, respetuoso y capaz de manejar sus emociones?

Gracias por leer hasta aquí. ¡Recuerda que, con paciencia, todo se pinta mejor!

Consejos Resumen

Modela el comportamiento que quieres ver: Cuando algo te saque de quicio (porque pasará), respira profundo y verbaliza lo que sientes de forma calmada. En lugar de gritar: "¡Ya está bien!", prueba con algo como "Estoy muy enfadado porque se ha pintado en la pared, pero vamos a solucionarlo". Los niños copian tu tono, así que, si tú hablas con calma, ellos aprenderán a hacer lo mismo.

Crea un "rincón creativo" para evitar accidentes: Aprovecha ese instinto artístico de tus hijos y dedícales un espacio en casa donde puedan pintar libremente sin miedo a manchar. Puede ser una pared con pintura de pizarra o una mesa con protectores. Así, cuando el caos creativo empiece, sabrán dónde dirigirlo, y tú no tendrás que preocuparte tanto por los muebles o las paredes.

Valida sus emociones antes de corregir: Cuando tu hijo esté a punto de explotar, primero reconócelo. Dile algo como: "Sé que estás molesto porque tu hermana ha pintado fuera del papel, pero gritar no ayuda". Esto le enseña que está bien sentir frustración, pero que hay mejores formas de gestionarla. De paso, creas un espacio para dialogar en vez de reaccionar con rabia.

Si quieres más píldoras como esta, te suscribes entrando en dariostrava.com o aquí abajo.

Solo si te suscribes ahora, recibe GRATIS las 7 claves para educar sin estrés y sin culpa

Consulta la política de privacidad aquí

Pon tu correo y te las envío👇

Educa familias sin estrés y sin culpa