Crianza positiva y consciente. Disciplina positiva. Cómo educar a los hijos.

Seguridad: Trucos para evitar ser raptados o atacados

Cómo educar a los hijos con crianza positiva y respetuosa

BOTICARIO

Dario Strava

8/24/20245 min leer

Una historia de esas que te hielan la sangre...

Imagínate esto: sales de casa un día cualquiera, todo tranquilo, con la mente en tus cosas, quizá pensando en lo que vas a cenar esa noche o en las mil tareas que tienes que hacer. De repente, algo te sacude de golpe, un tipo raro se te acerca, y sientes ese frío que sube por la espalda… ya sabes a lo que me refiero, esa sensación que te dice que algo no va bien.

Ahora, dime, ¿qué harías? Seguro que has escuchado mil veces que hay que pedir ayuda, que grites, que corras. Pero, ¿de verdad crees que gritar "¡Ayuda!" hará que alguien venga corriendo a salvarte? A ver, no es por ser pesimista, pero te aseguro que en ese momento crucial, la gente suele hacer justo lo contrario, se asustan y se alejan. La realidad es que somos así, no nos gusta meternos en problemas, y más vale estar preparado para eso.

El truco que más quema: ¡grita "Fuego!"

Esto es algo que aprendí hace tiempo, y créeme, es oro puro. Si alguna vez te encuentras en una situación de peligro, lo mejor que puedes hacer es gritar "¡Fuego!" a pleno pulmón. Suena raro, ¿verdad? Pero te lo explico: la gente tiene un instinto casi primitivo de querer apagar fuegos. No sé por qué, pero la cosa cambia cuando creen que se trata de un incendio. Es como si de repente todos quisieran ser héroes. Así que si quieres que vengan a ti y no salgan corriendo, olvídate de "¡Ayuda!" y grita "¡Fuego!" con todas tus fuerzas.

¿Sabes quién usó esta estrategia y le salvó la vida? La niña de la historia en el parque. Sí, cuando sintió que ese tipo raro la estaba engañando con lo del perrito, no se quedó paralizada ni gritó sin más. Se acordó de lo que le habían enseñado sus padres y gritó "¡Fuego!" con todas sus ganas. Y funcionó. Una señora mayor, que estaba cerca, vino corriendo para ver qué pasaba, y eso hizo que el hombre se asustara y se marchara sin más.

Pero ojo, esta pequeña no solo sabía este truco, también conocía las demás estrategias que te voy a contar a continuación para asegurarse de que, si alguna vez intentan raptarla, sabrá cómo protegerse. ¡No te las pierdas!

El poder del engaño: finge un desmayo o un infarto Vale, esto suena a película de acción, lo sé. Pero a veces, cuando la cosa se pone fea, hay que sacar las técnicas de la manga. Imagínate que el tipo raro sigue insistiendo, y sabes que correr no es una opción (vamos, no todos somos Usain Bolt). Pues en ese caso, tira al suelo, finge que te ha dado un infarto o que te has desmayado. No te lo van a poner tan fácil, y con suerte, se asustará lo suficiente como para dejarte tirado.

Te cuento una cosa: una amiga mía, Carmen, pasó por una situación así. Un día, mientras caminaba de vuelta a casa, un hombre la empezó a seguir. Carmen es lista y no se amilana fácilmente, así que decidió aplicar esta técnica. Se dejó caer al suelo de repente, como si le hubiera dado un patatús. ¡El tipo salió corriendo! Ni siquiera se detuvo a mirar atrás. Al final, lo que le podría haber costado un buen susto se convirtió en una anécdota para contar entre risas.

No te lo lleves solo: agárrate a alguien, aunque no lo conozcas

Mira, hay una cosa que todos debemos recordar: no estamos solos en este mundo. Y cuando se trata de protegernos, lo mejor es que tampoco nos enfrentemos a las cosas solos. Si te ves en una situación de riesgo, agárrate a alguien, quien sea. Aunque no conozcas a la persona, abrázate a él o ella con todas tus fuerzas. ¡La cosa cambia cuando no eres el único en peligro! Es más difícil llevarse a dos que a uno, eso lo sabe hasta el ladrón más torpe.

¿Sabías que el 95% de las personas, cuando sienten que alguien depende de ellas, se quedan a ayudar? Sí, es un dato real y a mí me sorprendió. Así que no tengas miedo de hacerte un aliado de emergencia.

Un poco de defensa personal nunca está de más

No te voy a dar una clase de defensa personal aquí porque, seamos sinceros, no soy Bruce Lee. Pero, oye, hay cosas básicas que todos deberíamos saber. Una patada bien dada en los genitales puede marcar la diferencia entre salir corriendo o quedarte atrapado. Y si te ves muy apurado, no te cortes, encájale las uñas en los ojos, haz lo que tengas que hacer para salir de ahí pitando.

Finalmente, un consejo de amigo: siempre, pero siempre, ten un plan En general, vivimos pensando que esas cosas "nunca nos pasarán a nosotros". Pero la vida es así, te pilla desprevenido y ¡zas!, te pone en una situación para la que no estabas preparado. Por eso, es vital tener un plan, por simple que sea. Saber qué hacer en esos momentos críticos no solo puede salvarte la vida, sino que te da una paz mental que no tiene precio. Y esa, querido amigo, es la diferencia entre ser una víctima o salir de la situación con la cabeza bien alta.

Gracias por leer hasta aquí, y recuerda, la seguridad es lo primero. Nunca está de más aprender uno o dos trucos que podrían salvarte la vida.

Consejos Resumen

Grita "¡Fuego!" en vez de "¡Ayuda!": Enséñale a tu hijo que, si alguna vez se siente en peligro, debe gritar "¡Fuego!" en lugar de "¡Ayuda!". Esto atraerá la atención de más personas y aumentará las posibilidades de recibir ayuda rápidamente.

Finge un desmayo o infarto: Practica con tu hijo cómo dejarse caer al suelo y simular un desmayo si alguien intenta llevarlo a la fuerza. Esto puede asustar al atacante y darle tiempo para escapar.

Agárrate a otra persona: Explícale que, si se siente en peligro, debe agarrarse a alguien cercano, aunque no lo conozca. Es más difícil que alguien se lo lleve si está pegado a otra persona.

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