

Cómo educar a los hijos. Crianza positiva y consciente.
Salud
Salud: Cómo tratar los mocos y la tos
Cómo educar a los hijos con crianza positiva y respetuosa
BOTICARIO
Dario Strava
9/30/20244 min leer
Cada invierno empieza la colección de mocos y tos.
Te cuento una historia que te va a sonar, sobre todo si eres padre o madre. Cada invierno, sin falta, empieza la famosa temporada de mocos. Desde que mi hijo nació, parece que los mocos son inquilinos permanentes en casa.
¡Menudo suplicio! “Lleva con mocos desde que nació”, digo siempre. Y si no lo has dicho, fijo que lo has pensado. La verdad es que esa guerra contra el moco eterno nos toca a todos. Ya nos hemos convertido en expertos en reconocer cuándo viene la tormenta nasal.
Los mocos, esos “enemigos” inevitables: A ver, los mocos tienen mala fama. Sí, son asquerosos y molestos, pero, en realidad, nos están haciendo un favor. ¡Exacto! Están formados por un 96% de agua y un 4% de proteínas. Y su misión, aunque no lo creas, es protegernos.
Son como pequeños soldados que atrapan polvo, polen y hasta virus antes de que entren en nuestras vías respiratorias. Vamos, que les debemos más respeto.
Pero claro, el problema aparece cuando se desata un catarro y lo que debería ser una “reunión tranquila” se convierte en una fiesta descontrolada.
La fiesta de los virus: ¡Sálvese quien pueda! Te pongo en situación. Imagínate que organizas una cena con cuatro amigos. Todo bien, ¿no? Pero de repente llega uno que es un fiestero nato, y antes de que te des cuenta, tu casa se ha llenado de invitados inesperados.
Pues eso hacen los virus. Invaden nuestras mucosas y lo que era un resfriado simple se transforma en una batalla campal entre tu cuerpo y el virus.
¿El resultado? Mocos por todas partes, tos y un niño que parece estar luchando en una guerra épica. Vamos, el show del invierno.
¡Alto ahí! Los jarabes no son la solución: Ahora es cuando mucha gente corre a la farmacia buscando milagros. Y, claro, los famosos jarabes mucolíticos o expectorantes se venden como la salvación. Pero te tengo que dar una noticia: ¡No funcionan! Al menos no en niños pequeños.
De hecho, en menores de 7 años, esos jarabes no solo son ineficaces, sino que pueden ser hasta peligrosos en menores de 2. Así que, si ya estabas en la puerta de la farmacia, te aconsejo que mejor te des la vuelta y te olvides de ellos.
¿La clave? Agua, agua y más agua: Entonces, ¿qué hacemos? La solución es mucho más simple de lo que piensas. Hidratación. Dale agua a tu hijo como si no hubiera un mañana.
Mantener el cuerpo hidratado es clave para que el moco no se convierta en una pasta pegajosa imposible de expulsar. Es como engrasar una máquina, pero aquí la máquina es tu pequeño, y el agua es el lubricante esencial.
La tos, nuestra gran aliada: Ah, y otra cosa. Sé que estás pensando: “Mi niño no expulsa los mocos”. Pues ahí es donde entra nuestra fiel compañera: la tos. La tos es el mecanismo natural que el cuerpo utiliza para mover y expulsar el moco.
Puede ser molesta, pero es absolutamente necesaria. Así que, por favor, deja de darle esos jarabes que prometen cortar la tos. Porque si cortas la tos, cortas también la capacidad del cuerpo para expulsar el moco.
En conclusión: Menos fármacos, más hidratación. Al final, lo que de verdad funciona es lo más natural del mundo: agua y lavados nasales. Cuesta mucho más convencerte de que no mediques a tu hijo que recetarte tres medicamentos inútiles, pero créeme, es lo correcto. Además, piensa en esto: los mocos no son tus enemigos, solo están ahí para ayudarte.
Así que la próxima vez que la temporada de mocos y tos se instale en tu casa, recuerda: hidrata, lava y deja que la tos haga su trabajo. ¡Tu hijo te lo agradecerá! 👶💧
Consejos Resumen
Hidratación constante: Asegúrate de que tu hijo beba suficiente agua durante el día. La hidratación es clave para que el moco se mantenga fluido y sea más fácil de eliminar. Ofrece agua en pequeñas cantidades frecuentemente, y evita bebidas azucaradas que no ayudan a este proceso.
Lavados nasales regulares: Realiza lavados nasales antes de las comidas y antes de dormir. Usa suero fisiológico o agua salina para limpiar las fosas nasales, lo que ayudará a despejar la congestión y facilitar la respiración. Aunque a muchos niños no les gusta, este hábito reduce significativamente los síntomas.
No suprimir la tos: Permite que tu hijo tosa de manera natural. La tos es una herramienta esencial para movilizar y expulsar el moco de las vías respiratorias. Evita los jarabes antitusivos y, en cambio, enfócate en mantener su ambiente húmedo y su cuerpo hidratado para que la tos sea productiva.
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