Crianza positiva y consciente. Disciplina positiva. Cómo educar a los hijos.

Rutinas: La vuelta al cole

Cómo educar a los hijos con crianza positiva y respetuosa

BOTICARIO

Dario Strava

8/29/20244 min leer

La vuelta al cole sin dramas

¿Te acuerdas de esos días en los que todo parece cuesta arriba? Pues imagínate esto: la otra semana, mi amiga Ana llegó a casa después de un día agotador y se encontró con que su hijo, Mateo, estaba llorando desconsolado en su cuarto. Mateo, que normalmente es un niño lleno de energía y curiosidad, estaba completamente desbordado porque no lograba adaptarse a la vuelta al cole.

Las primeras semanas de clase le habían resultado un verdadero infierno: nuevos profesores, tareas que parecían imposibles y la presión de encajar en un ambiente que sentía ajeno. No sé tú, pero ver a un crío que debería estar disfrutando de la vida con una sonrisa en la cara, roto en lágrimas, es una de las cosas que más me revienta el corazón.

Ana, que es una madre como pocas, no dudó ni un segundo. Se sentó junto a él, lo abrazó y le dijo: "Mateo, te entiendo, esto es difícil". Y es que, a veces, lo que necesitamos no es que nos resuelvan el problema, sino que nos digan: "Estoy contigo, no estás solo en esto". ¿Te suena?

¿Por qué la paciencia es la clave? Yo sé, todos estamos hasta arriba de cosas por hacer. Entre el trabajo, la casa y todas esas mil y una responsabilidades, lo último que queremos es que nos compliquen más la vida. Pero aquí está el truco: cuanto más empáticos y pacientes seamos con nuestros hijos en estos momentos, más fácil será todo a largo plazo. Lo que hizo Ana no fue magia, fue pura empatía y paciencia. En lugar de imponer una rutina de golpe, fue poco a poco. ¿Te imaginas el cambio?

Empezaron con algo tan sencillo como leer juntos antes de dormir. Ana me contó que al principio parecía una tontería, pero al cabo de unos días, Mateo ya no lloraba antes de ir al colegio. Esos minutos que pasaban juntos, compartiendo un cuento, le daban la calma y la seguridad que necesitaba. Y, de paso, ese pequeño ritual fortaleció aún más su vínculo.

Cómo aplicar esto en tu vida ¿Tienes hijos? ¿O tal vez te toca lidiar con compañeros de trabajo, amigos o familiares que a veces no entienden por lo que estás pasando? Pues el consejo es el mismo: paciencia y empatía. No se trata de ser blando, sino de entender que cada persona tiene su ritmo. Ana podría haberle dicho a Mateo que dejara de hacer tonterías y se fuera a dormir, pero eligió el camino difícil: el de estar ahí, de verdad, para él.

Ahora, sé que no es fácil. Vivimos en un mundo que nos pide que estemos siempre al 100%. Pero, y aquí viene la reflexión, ¿qué tal si paramos un segundo? ¿Qué tal si en lugar de correr como locos, nos tomamos el tiempo de conectar con los que nos rodean? Porque, al final, ¿qué es más importante? ¿Tener un día productivo o que las personas que queremos se sientan comprendidas y apoyadas?

La vuelta a la rutina escolar: un desafío que todos enfrentamos. Volver a la rutina después de las vacaciones es un rollo, para nosotros y para los niños. Y la clave para sobrevivirlo está en cómo lo afrontamos. No es solo cuestión de ellos; los adultos también sentimos ese estrés de volver al trabajo, las prisas, los horarios... En lugar de hacer todo de golpe, ¿por qué no vamos poco a poco? Igual que hizo Ana con Mateo.

Finalmente, lo que quiero decirte es que, si te enfrentas a un desafío similar, respira. No estás solo. Todos estamos en el mismo barco y juntos, con un poco de empatía y paciencia, podemos hacer que la vuelta a la rutina sea menos dolorosa y más llevadera.

Gracias por leerme hasta aquí. Espero que esta pequeña historia te haya inspirado a tomar las cosas con más calma y si te ha sido útil, no dudes en compartirla con alguien que lo necesite.

¡Nos leemos pronto!

Consejos Resumen

Crea un calendario visual: Ayuda a tu hijo a entender la nueva rutina escolar colocando un calendario en un lugar visible. Marca las actividades diarias para que pueda anticipar lo que viene, reduciendo la ansiedad.

Prepara la mochila juntos: Cada noche, revisa y organiza la mochila con tu hijo. Esto no solo le enseña responsabilidad, sino que también crea un momento de conexión antes de dormir.

Habla sobre sus sentimientos: Dedica unos minutos después del colegio para hablar sobre cómo se sintió durante el día. Esto le permite expresar sus emociones y refuerza tu apoyo incondicional.

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