Crianza positiva y consciente. Disciplina positiva. Cómo educar a los hijos.

Respeta su espacio: Le pido un beso a Leo y me dice que no

Cómo educar a los hijos con crianza positiva y respetuosa

BOTICARIO

Dario Strava

8/31/20244 min leer

"Cuando hay que respetar, se respeta": una lección de crianza positiva

Hace poco, mientras estaba trabajando, mi hijo Leo apareció en la oficina con una moneda en la mano. Había estado buscándola durante días y cuando finalmente la encontró, subió corriendo para enseñármela, con una sonrisa que no le cabía en la cara. Yo, en ese momento, se me ocurrió pedirle un beso, y él, con toda la inocencia del mundo, se acercó y me lo dio sin pensárselo dos veces. Claro, luego yo quise devolverle el favor y darle un beso también, pero ahí fue cuando soltó la frase: "Cuando hay que respetar, se respeta". Se lo tomó muy en serio y no pude evitar sonreír cuando me miró con esos ojos de pillín. Le contesté, “sí, es verdad, llevas razón". Y aunque me quiso corregir después, ese momento ya había dejado huella.

La importancia del respeto mutuo en la crianza: Lo que me dejó pensando toda esa escena es lo fácil que es pasar por alto los límites de los más pequeños. Muchas veces creemos que, por ser adultos, podemos decidir cuándo y cómo mostrar afecto sin consultarles. Pero Leo me enseñó algo crucial ese día: los niños también tienen derecho a decidir sobre su cuerpo y sus emociones, y eso es algo que debemos respetar a rajatabla.

¿Sabes qué? Al reconocer su sentimiento y validar su decisión con un simple “llevas razón”, le transmití un mensaje muy poderoso: su opinión importa, sus límites importan. Y eso, amigo, no tiene precio.

Fortaleciendo la autoestima y la confianza: Este tipo de interacciones, aunque parezcan triviales, son las que van construyendo poco a poco la autoestima de los niños. Les estamos diciendo que tienen derecho a decir “no”, y que su “no” será escuchado. Y esto no solo fortalece su confianza en sí mismos, sino que también crea una base sólida para una relación familiar basada en el respeto mutuo y la comunicación abierta.

El beneficio aquí es doble: por un lado, estamos criando niños que se sienten seguros de sí mismos, que saben que sus palabras tienen peso. Por otro, estamos fomentando un entorno en el que se pueden expresar libremente, sabiendo que serán escuchados y respetados.

El poder de decir “no” y ser escuchado: Pero vayamos un poco más allá. En un mundo donde constantemente se nos dice qué hacer, cómo actuar y qué sentir, aprender a decir “no” y ser firme en esa decisión es una habilidad que todos deberíamos tener. Y si nosotros, como padres, no les enseñamos a nuestros hijos desde pequeños a defender sus límites, ¿quién lo hará?

No se trata solo de crianza, es una cuestión de respeto humano básico. Al enseñarles que su “no” cuenta, les estamos dando las herramientas para navegar un mundo donde no siempre se respetan los límites. Y esto, créeme, puede ser la diferencia entre un adulto que se siente capaz de tomar sus propias decisiones y uno que siempre se deja llevar por lo que los demás quieren.

Reflexión final: la crianza consciente es la clave: En conclusión, si hay algo que me ha dejado claro Leo con su comentario, es que el respeto mutuo debe ser la piedra angular de cualquier relación, incluida la que tenemos con nuestros hijos. Esta interacción me recordó que no se trata solo de enseñarles a los niños a respetar a los demás, sino también de respetarles a ellos, en toda su individualidad. Porque al final del día, lo que todos queremos es criar personas felices, seguras de sí mismas y conscientes de su valor.

Así que, ya lo sabes, cuando un niño te dice “no”, escúchale. Puede que sea su manera de enseñarte una lección que ni siquiera sabías que necesitabas aprender.

Gracias por leerme, y recuerda: "Cuando hay que respetar, se respeta". ¡Un abrazo fuerte!

Consejos Resumen

Pregunta antes de mostrar afecto físico: Aunque tengas una relación cercana con tu hijo, siempre pregunta si está cómodo con un abrazo, beso o cualquier muestra de afecto. Esto les enseña que su cuerpo es suyo y que tienen derecho a decidir quién y cuándo puede tocarles. Por ejemplo, puedes decir: "¿Te apetece un abrazo ahora?", dándole la opción de aceptar o rechazarlo.

Valida las emociones y decisiones de tu hijo: Cuando un niño establece un límite, como decir "no" a algo, es importante reconocerlo y respetarlo. Responder con frases como "Entiendo que no quieras eso ahora, está bien" refuerza su confianza y les enseña que sus sentimientos son importantes.

Crea espacios de diálogo abierto y honesto: Dedica tiempo regularmente para hablar con tu hijo sobre cómo se siente y qué cosas son importantes para él. Preguntas sencillas como "¿Cómo te sientes cuando te pido un beso?" o "¿Hay algo que no te gusta que haga?" ayudan a abrir la puerta a una comunicación más profunda y respetuosa.

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