La historia de la familia González comenzó con una gran ilusión pero terminó en un desastre total.

Un sábado, los tres hermanos, Pepe, Juanito y Carlitos, decidieron aprender a tocar la guitarra y convertirse en estrellas de rock.

Al principio, todo era entusiasmo, aunque los acordes que lograban arrancar de sus guitarras de plástico sonaban más a ruidos caóticos que a música.

Pepe, el mayor, estaba convencido de que con motivación y perseverancia lograrían su sueño.

Sin embargo, el segundo día, las cosas empezaron a torcerse:

Los dedos les dolían, las cuerdas no cooperaban, y Juanito ya pensaba en abandonar la música para convertirse en astronauta.

Pero Pepe insistía en que la clave era no rendirse.

El tercer día fue el golpe final: el ruido era insoportable.

Carlitos había convertido su guitarra en un bate de béisbol.

Juanito destrozaba una versión irreconocible de "Cumpleaños Feliz".

Pepe decretó que practicarían todos los días a las cinco, lo que solo empeoró la situación. Los vecinos comenzaron a quejarse, primero amablemente, luego con notas en el buzón y, finalmente, a gritos.

El caos culminó cuando Carlitos, frustrado, rompió su guitarra lanzándola contra la pared. Una cuerda salió disparada y golpeó a Pepe, quien, al borde del colapso, estalló en llanto, declarando que la motivación y la fuerza de voluntad eran una farsa.

Esto provocó que Juanito, lleno de rabia, destruyera todo lo que encontraba a su paso. Los padres, alarmados por el griterío, encontraron a Pepe llorando.

Carlitos riendo como un loco.

Juanito destruyendo lo poco que quedaba.

La “gran aventura” de los González había terminado en un caos absoluto.

Esta historia refleja algo que pasa en la vida real más veces de las que nos gustaría admitir.

¿Cuántas veces te has encontrado en una situación donde la motivación se evapora y te quedas con las manos vacías, sintiéndote perdido y frustrado?

Todos tenemos esos momentos en los que no sabemos cómo resolver una situación con nuestros hijos y al final, acabamos tirando la toalla como hicieron los hermanos González.

Y lo peor es que, sin darte cuenta, eso puede tener un impacto negativo en su desarrollo, en su capacidad para alcanzar su potencial.

Imagínate tener a alguien a quien contarle esas historias, esos momentos en los que sientes que no puedes más y recibir una estrategia clara para afrontarlos.

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En la píldora de mañana te contaré más sobre cómo la falta de fuerza de voluntad puede crear adultos sin recursos que se rinden fácilmente y están destinados al fracaso.

Para ello responderemos a las siguientes preguntas:

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¿Cuál es uno de los métodos más efectivos para inculcar hábitos en los niños?

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