Crianza positiva y consciente. Disciplina positiva. Cómo educar a los hijos.

Malos hábitos: Los niños que ven mucha tele son menos inteligentes

Cómo educar a los hijos con crianza positiva y respetuosa

BOTICARIO

Dario Strava

8/22/20244 min leer

¡Apaga la pantalla y enciende la imaginación de tus hijos!

A ver, que levante la mano el que no haya tenido la tentación de darle la tableta al crío para que esté quietecito un rato... ¿Todos, verdad? Martín, un buen amigo mío, padre de dos, tampoco se libraba de esa "solución mágica". Pero, ojo, que lo que empezó como un ratito de calma terminó en una semana de batalla. Y no de las buenas, como las que montábamos de niños en el parque.

Recuerdo que me llamó un día, medio desesperado, contándome que su pequeño Lucas no se despegaba de la pantalla. "Tío, está como hipnotizado. No juega, no habla...". Y yo pensé: "Menuda papeleta". Porque, claro, todos queremos un respiro, pero ¿a qué precio?

El clic de martín: Un día, mientras observaba a Lucas, Martín recordó su propia infancia, cuando la única "pantalla" que conocía era la de la televisión y, aún así, prefería estar jugando a los exploradores en el jardín. Era un mundo de aventuras, con amigos imaginarios, y ese olor a hierba recién cortada que todavía hoy te transporta. Pero Lucas, ¡ay, Lucas! no conocía nada de eso.

Entonces, Martín hizo algo que a muchos les parecería una locura: escondió la tableta. Sí, así, de golpe. Lo escondió y, aunque el pequeño se desgañitó al principio, no había marcha atrás. La primera noche fue un infierno – gritos, llantos, y hasta un "¡Papá malo!" por parte de Lucas. Pero Martín aguantó. Y, mira tú por dónde, lo que vino después fue digno de aplauso.

El despertar de la creatividad: Al tercer día, Lucas, que ya no sabía qué más berrinches hacer, agarró unos muñecos que hacía meses no tocaba. Y aquí es donde ocurre la magia: empezó a crear historias, a inventar voces, y hasta a pedirle a su hermano que jugara con él. ¡Se lo pasaban pipa! Martín, observando desde la puerta, no podía creerlo. Lucas, ese niño que parecía perdido en el mundo digital, estaba volviendo a ser un niño de verdad.

¿Por qué os cuento esto? Porque lo que Martín hizo tiene mucho más trasfondo de lo que parece. Al quitarle la pantalla, lo que realmente estaba haciendo era devolverle a su hijo la capacidad de soñar, de inventar, de crecer. Sin darse cuenta, estaba ayudando a Lucas a ser más creativo, más sociable, y sí, hasta más listo. La reflexión: Y aquí viene lo serio. Si los niños pasan demasiadas horas pegados a las pantallas, ¿qué es lo que realmente pierden? Vamos a ponerlo en claro:

Menos creatividad: las pantallas lo dan todo masticado. Si no tienen que inventar nada, ¿cómo van a desarrollar su imaginación?

Poca socialización: las relaciones humanas se ven afectadas. No es lo mismo interactuar con un avatar que con otro niño de carne y hueso.

Cerebro anestesiado: los niños no piensan, no reflexionan, solo absorben como esponjas, sin entender ni procesar.

Aprendizaje limitado: si no juegan, no aprenden. Y jugar es la forma más natural de aprender para un niño.

¿De verdad queremos eso para nuestros hijos? Yo no. Y Martín tampoco. De hecho, tras esa semana, decidió que la tableta sería cosa de fines de semana y, ¿sabéis qué? Lucas no lo echó en falta.

En conclusión, si alguna vez te ves en la misma encrucijada que Martín, piensa en lo que tus hijos podrían estar perdiendo al pasar tanto tiempo con las pantallas. Sí, puede ser difícil al principio, pero créeme, vale la pena. Porque al final, lo que consigues no es solo que tu hijo juegue más, sino que piense más, sienta más, y viva más.

Gracias por leer hasta aquí, y si tienes algún truco para evitar el "efecto pantalla", compártelo. ¡Entre todos, podemos criar una generación más despierta!

Consejos resumen

Establece límites claros con las pantallas: Define horarios específicos y asegúrate de que haya tiempo para actividades sin tecnología, como el juego al aire libre o la lectura.

Fomenta la creatividad: Proporciona materiales como bloques, libros y juegos de mesa que inviten a tus hijos a inventar, crear y explorar sin depender de una pantalla.

Sé un ejemplo a seguir: Limita tu propio uso de dispositivos cuando estés con tus hijos. Muestra interés por actividades offline, y ellos te seguirán naturalmente.

Estos pasos podrían transformar el desarrollo de tu hijo y mejorar vuestra conexión familiar.

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