

Crianza positiva y crianza consciente. Cómo educar a los hijos.
Le pido un beso a Leo y me dice que no
Acompañamiento y Boticario de Crianza Positiva
CORREO DIARIO
Dario Strava
9/20/20243 min leer
Hoy tengo que contarte algo que me dejó completamente descolocado. Seguro que te has encontrado en alguna de esas situaciones en las que tus peques te sacan una sonrisa, pero lo de hoy con Leo fue... ¡épico!
Estaba yo en la oficina, como siempre, con mil cosas en la cabeza y el tiempo justo para hacerlas. Ya te imaginas, ¿verdad? Café en mano, correos acumulándose y una lista de tareas que no para de crecer. Pero de repente, escucho esos pasitos rápidos y emocionados subiendo las escaleras. Sabía que Leo venía con algo importante, lo sentía en el aire.
Abro la puerta antes de que llegue a tocarla y ahí está, con esa carita de emoción que sólo los niños pueden tener cuando sienten que han hecho algo grande. En su mano, aprieta algo como si fuera el mismísimo tesoro de un pirata. ¿Adivina qué era? ¡Su moneda de la suerte! Esa que encontró hace unos días en la calle y que, según él, trae más suerte que el trébol de cuatro hojas.
Lo mejor de todo es que llevaba dos días buscándola, como un pequeño Indiana Jones en busca de su tesoro perdido. Y hoy, ahí estaba, sosteniéndola con tanto orgullo que no podía más que sonreírle. "¡Papá, la encontré! ¡Mira, es mi moneda de la suerte!" – me dijo con una sonrisa que le iluminaba toda la cara.
Imagínate mi cara, todo un papá emocionado. Me sentí tan orgulloso que le pedí un beso. Y sí, ¡me lo dio sin pensarlo dos veces! Pero aquí no acaba la historia, amigo, porque lo mejor estaba por llegar.
Le dije: "Oye Leo, ¿me dejas darte un besito a ti también?". Y entonces, con esa carita de pillo que pone cuando está tramando algo, me suelta: "Cuando hay que respetar, se respeta". ¡Tierra, trágame! Se dio la vuelta con toda la seguridad del mundo y salió de la habitación, dejándome ahí, entre la risa y la sorpresa, sin saber si acababa de ganarme o si había presenciado uno de esos momentos mágicos que sólo un niño puede crear. Te confieso que, en ese instante, me quedé sin palabras. ¿Qué me estás contando, Leo? Pero así son los niños, ¿verdad? Tienen esa capacidad de sorprendernos, de hacernos reír, de dejarnos pensando en cómo demonios pueden ser tan listos y tan puros al mismo tiempo.
Y aquí viene la cuestión, ¿cuántas veces te has sentido igual con tus hijos? Esos momentos en los que no sabes si reír, llorar, o simplemente pararte un segundo y respirar hondo para no perder los nervios. Porque, seamos sinceros, la crianza no es fácil.
A veces nos sentimos perdidos, otras frustrados, y lo peor es cuando tenemos esa duda constante de si lo estamos haciendo bien. Porque, admitámoslo, todos queremos que nuestros hijos crezcan felices, seguros de sí mismos y que desarrollen todo su potencial.
Pero la verdad es que, a veces, estamos tan metidos en el caos del día a día que no sabemos ni por dónde empezar. Lo que pasó con Leo hoy es solo un ejemplo de esas situaciones que pueden salir bien... o desastrosamente mal si no sabemos cómo manejarlas.
Mañana te contaré lo que hice yo, que es la clave fundamental para evitar que los niños se dejen llevar por lo que los demás quieran y sepan tomar sus propias decisiones.
Si no quieres que tu niño acabe siendo un títere manejado por otros, tienes que saber esto.
Solo lo reciben los que estén suscritos al Boticario, los que estén fuera se lo pierden.
Acompañamiento y Boticario de Crianza Positiva. 9,90 €/mes.
P.D.: Si Leo sigue así de ingenioso, creo que me va a terminar pidiendo que le pague por cada beso que le doy con “monedas de la suerte” que curiosamente son exactamente igual que los euros.
Te suscribes entrando en dariostrava.com o aquí abajo👇
Recibe GRATIS las 7 claves para educar sin estrés y sin culpa.
Consulta la política de privacidad aquí
Pon tu correo y te las envío 👇


Educa humanizando y sin estrés