Crianza positiva y crianza consciente. Cómo educar a los hijos.

La moneda que perdió y encontró

Acompañamiento y Boticario de Crianza Positiva

CORREO DIARIO

Dario Strava

9/1/20244 min leer

Hoy quiero contarte una de esas historias que no te esperas, pero que te hacen sonreír como tonto. Ya sabes, de esas pequeñas aventuras diarias que te sacuden el alma y te hacen pensar en cómo los más pequeños ven el mundo. Y es que, déjame decirte, a veces lo más simple se convierte en un auténtico drama… o en una victoria épica.

Todo empezó con una simple moneda de un euro. ¿Recuerdas cuando encontrabas cosas de niño y parecía que habías desenterrado el Santo Grial? Pues así fue con Leo, mi pequeño explorador. Estábamos en casa de su abuelo y entre las hojas secas del jardín encontró una moneda que le hizo brillar los ojos como si acabara de descubrir un cofre del tesoro. ¿Te imaginas? ¡Una moneda de un euro! Como si fuera la clave para abrir un mundo mágico. No es que los niños hagan cosas por tonterías, no… es que ellos saben ver la magia donde nosotros ya hemos olvidado buscarla.

Bueno, pues Leo me dio esa moneda como si me estuviera confiando la última galleta del universo. Me pidió que la guardara con tanto cuidado, que parecía que me estaba entregando un anillo del Señor de los Anillos. Y claro, yo con mi mejor cara de "guardían del tesoro", me encargué de custodiarla en mi bolsillo.

Avanza unas horas y nos encontramos en la feria. Todo es luces, risas y caos. Pero, ¿sabes qué? Leo no podía dejar de pensar en su “tesoro”. Me pide que lo saque del bolsillo con la seriedad de un banquero suizo. Lo muestra a sus amigos como si fuera una medalla de oro en los Juegos Olímpicos. Y yo ahí, detrás, con una sonrisa que no me cabe en la cara, viendo cómo mi pequeño hombre se convierte en el centro de atención por una simple moneda.

Al llegar a casa, la cosa no se calmó, nada de eso. Leo me hizo guardar la moneda en mi oficina como si fuera el Banco Central. ¡Y qué orgullo tenía el crío! Pero como suele pasar, las cosas se complican. En una de esas visitas para verificar que su “tesoro” seguía allí, la moneda desaparece. Sí, amigo, como lo oyes, la perdió. Lo que para él era su posesión más preciada, su bien más valioso, ¡se había esfumado! Imagínate esos ojitos llenos de lágrimas, pidiéndome que la busque como si yo fuera Sherlock Holmes en busca del tesoro perdido. Pasamos horas buscando, y nada. La moneda parecía haberse esfumado, como si nunca hubiera existido. Leo se fue a la cama con ese vacío en el pecho que solo un niño que ha perdido su "todo" puede sentir. Y ahí estaba yo, rascándome la cabeza, sin saber qué hacer para devolverle la sonrisa.

Pero la vida tiene sus vueltas. Al día siguiente, Leo viene corriendo con una sonrisa de oreja a oreja. ¡Había encontrado su moneda! Resulta que estaba entre sus juguetes, como si se hubiera escondido a propósito para darle una pequeña lección. La alegría de Leo al recuperarla fue como si le hubieran devuelto el mundo entero. Celebramos, reímos, y lo más importante, aprendimos juntos.

Y ahora, amigo, déjame hacerte una pregunta: ¿Cuántas veces te has sentido perdido en esta jungla de ser padre? Como cuando Leo perdió su moneda y no sabía dónde buscarla. A veces, la crianza puede ser igual de desconcertante. Sabes que hay un tesoro en tu hijo, algo precioso que necesita ser protegido y guiado, pero, ¿cómo lo haces? ¿Cómo encuentras la calma y la seguridad cuando más lo necesitas?

Hay momentos en los que necesitas un empujoncito, una mano amiga que te guíe en esas situaciones donde sientes que estás a punto de perder “el tesoro” que es tu hijo. ¿Te imaginas tener a alguien a quien contarle esas pequeñas crisis y recibir una estrategia clara, sencilla y efectiva? Es la diferencia entre andar a ciegas y tener una luz que te muestra el camino.

En la píldora del Boticario de mañana te contaré un truco para que los niños consigan su independencia y seguridad interior.

También te contaré como acabó la historia de Leo, se te va a derretir el corazón.

Los que estén fuera se lo pierden.

Si prefieres hijos débiles y dependientes, mejor no te suscribas, pero si quieres lo mejor para ellos… bueno, suscríbete abajo.

Tendrás una consulta semanal para resolver cualquier situación que te inquiete. No más preguntas sin respuesta, no más noches en vela pensando en “¿qué hago ahora?”.

No dejes que se te escape el "tesoro" que hay en tus hijos.

P.D.: Y recuerda, si alguna vez te encuentras con una moneda perdida en casa, piénsalo dos veces antes de guardarla… ¡Podrías estar desencadenando la próxima gran búsqueda del tesoro!

Te suscribes entrando en dariostrava.com o aquí abajo👇

Recibe GRATIS las 7 claves para educar sin estrés y sin culpa.

Consulta la política de privacidad aquí

Pon tu correo y te las envío 👇

Educa humanizando y sin estrés