

Cómo educar a los hijos. Crianza positiva y consciente.
Gestionar rabieta
Gestionar rabieta: Leo me dice tonto, me escupe y me tira el reloj de la hermana
Cómo educar a los hijos con crianza positiva y respetuosa
BOTICARIO
Dario Strava
9/29/20244 min leer
Cuando los niños no quieren ir al cole: ¿qué hacemos con la “fase rebelde”?
Mira, te cuento una cosa: hace un par de semanas, mis hijos empezaron el cole, como tantos otros. Ya sabes cómo es el principio, ¿no? Todo emoción y nervios. Pero claro, ahora, después de ese subidón inicial, la cosa ha cambiado.
Te pongo en situación: me levanto, listo para el desayuno familiar y lo primero que escucho es a Lucía decirme: “Mamá, hacemos una cosa, voy al cole un día y ya está, ¿vale?” Como si fuera tan fácil, ¿no? Me descolocó por completo. Y luego está Leo, que directamente me suelta un: “No quiero ir al cole.” ¡Tal cual!
¿Cómo lidias con eso sin volverte loco? Pues mira, cuando pasa esto, la paciencia se te pone a prueba, ¿eh? Porque Leo no solo dijo que no quería ir al cole, ¡me escupió y me tiró el reloj de su hermana! Así que ahí estaba yo, en la cocina, mirando el reloj volar por los aires, intentando no reaccionar como un loco.
Lo primero que me vino a la cabeza fue esa voz interior que te dice: “No te lo tomes personal. No es que te odie.” Sí, porque claro, los niños son pura emoción. Lo que sienten lo sueltan sin filtro, y su forma de comunicarlo… bueno, a veces no es la más encantadora.
Investiga antes de regañar: Te lo digo de verdad: no tiene sentido regañar en ese momento. Si lo haces, es como echarle leña al fuego. Los niños no razonan como nosotros cuando están en ese estado. Lo que yo hice, en lugar de gritar (aunque ganas no me faltaron), fue preguntar: “Cariño, ¿estás enfadado porque no quieres ir al cole?” Y sí, me confirmó que estaba cabreadísimo. Pero lo importante no fue que me lo dijera, sino que lo entendí.
Porque, a ver, si te paras a pensarlo, también hay días en los que tú no quieres ir a trabajar. Imagínate cómo se sienten ellos. Y claro, al final, es más fácil gestionar la situación si lo miras desde su perspectiva. No es que te quieran fastidiar, es que están abrumados, y el cole a veces es duro.
La importancia de la calma (aunque te cueste) Después del “drama del reloj”, dejé que se calmara un poco antes de hablarle de nuevo. Cuando ya no estaba tan alterado, le dije: “Cariño, a papá y a mamá les duele que nos insultes y nos tires cosas. ¿Lo entiendes?” ¿Y sabes qué? No esperes milagros. No te voy a mentir, puede que lo haga otra vez. Pero lo que sí he notado es que, poco a poco, el mensaje va calando.
Porque, al final, el truco está en repetir, en ser constante. No en esperar que, tras una charla, todo cambie mágicamente. Es más una cuestión de acompañarlos y mostrarles que estás ahí, que entiendes sus sentimientos, pero que hay formas mejores de expresarlos.
¿Qué ganas al hacerlo? Hacerlo así no solo evita que te frustres menos (que eso ya es un puntazo), sino que también enseñas a tus hijos que sus emociones importan. Les das espacio para expresarse sin miedo a que siempre caiga una bronca. Y eso, créeme, crea un ambiente más relajado en casa.
En conclusión, no te tomes las reacciones de tus hijos como un ataque personal. En serio. Son niños, no pequeños adultos con la misma capacidad emocional que tú. Investiga, pregúntales qué les pasa y sobre todo, no pierdas los nervios (aunque lo entiendo, es complicado). Al final, vas a ver cómo, con tiempo y paciencia, la cosa mejora.
Gracias por leer, ¡y recuerda! Paciencia y cariño, porque en esto de la crianza, ¡todos vamos aprendiendo sobre la marcha 😊
Consejos Resumen
Haz preguntas en lugar de reaccionar: Cuando tu hijo tiene una rabieta o se niega a ir al cole, en vez de regañar o enfadarte, pregúntale directamente: “¿Qué te pasa? ¿Por qué no quieres ir?” Esto le da espacio para expresarse y te ayuda a entender el verdadero motivo detrás de su comportamiento. Quizá esté nervioso por algo específico que no te ha contado.
Crea una rutina divertida para la mañana: Convierte las mañanas en algo más que solo preparar mochilas y correr hacia la puerta. Añade una pequeña actividad que les guste, como cantar una canción o hacer juntos el desayuno. Hacer que la rutina sea agradable puede disminuir las tensiones y hacer que vayan al colegio con mejor actitud.
Reconoce sus emociones sin ceder: Es importante que valides lo que sienten, pero sin cambiar las reglas. Puedes decir algo como: “Entiendo que no quieras ir al cole hoy, pero es importante que vayas. A veces, no nos apetece, pero hay cosas que tenemos que hacer.” Así, les enseñas a gestionar sus emociones sin permitir que ellas controlen la situación.
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