Crianza positiva y crianza consciente. Cómo educar a los hijos.

Gestión de la rabia en los niños

Gestión de rabia: La sabiduría del abrazo

Cómo educar a los hijos con crianza positiva y respetuosa

BOTICARIO

Dario Strava

8/4/20243 min leer

Te dejo con una píldora del boticario Darío Strava:

La sabiduría del abrazo: cómo manejar las rabietas infantiles

Una vez, recuerdo que estaba en el parque con mi hijo Pablo. Un día cualquiera, ya sabes, de esos en los que piensas que nada puede ir mal, de repente, sin previo aviso, él empezó a gritar y a golpear el suelo con sus pequeños pies.

Mi primer instinto fue decirle que parase, que se calmase, ¡pero claro! eso solo empeoró las cosas. Te cuento esto porque seguro que a más de uno le suena esta situación, ¿verdad?

La reacción instintiva: Cuando un niño nos pega, tira algo al suelo o incluso nos insulta, nuestro primer impulso es reaccionar de la misma forma.

Parece casi natural. Como adultos, creemos que debemos mostrar autoridad y corregir el comportamiento en el acto. ¡Pero ojo!

Esto no siempre es lo mejor para el niño. Me acuerdo de un amigo, Javier, que siempre decía: “la paciencia es una virtud”. Y es cierto.

En esos momentos, el niño está expresando algo más profundo, algo que necesita ser entendido y no reprimido.

El poder de la comprensión: Imagina esto: un día llegas del trabajo, agotado, y te encuentras con un niño que ha decidido que ese es el momento perfecto para una rabieta.

Gritar o castigarlo puede parecer lo más fácil, pero ¿qué tal si pruebas algo diferente? En lugar de levantar la voz, agáchate a su nivel y pregúntale por qué se siente así.

Puede que no te responda inmediatamente, y eso está bien. A veces, lo único que necesitan es un abrazo y sentir que están siendo escuchados.

Espacio para respirar: Recuerdo otra vez, con mi sobrino Lucas, cuando tuvo una pataleta monumental porque no le compraron el juguete que quería.

En lugar de enfadarse, mi hermana se sentó a su lado y simplemente le dijo: “entiendo que estés molesto, vamos a respirar juntos”. Fue increíble ver cómo, poco a poco, Lucas se fue calmando.

Darles su espacio para que procesen sus emociones es fundamental. Los niños, como nosotros, tienen días buenos y malos. Y, a veces, solo necesitan tiempo.

La magia del abrazo: Un abrazo puede cambiarlo todo. Parece un cliché, pero funciona.

Cuando un niño está enfadado o triste, lo último que necesita es sentirse rechazado. Al abrazarlos, les estás diciendo que estás ahí para ellos, sin importar lo que pase.

Esa seguridad les ayuda a manejar mejor sus emociones. En una ocasión, mi hijo Pablo, después de una de sus rabietas, me abrazó y me dijo: “papá, gracias por no enfadarte”. Ese momento no lo cambiaría por nada.

Reflexión Final: Manejar las rabietas infantiles no es tarea fácil, pero con paciencia, comprensión y mucho amor, podemos ayudar a nuestros pequeños a gestionar sus emociones.

Recordemos que, al final del día, son solo niños aprendiendo a navegar por un mundo complicado.

Así que la próxima vez que te encuentres en una de estas situaciones, respira hondo, agáchate a su nivel y ofrécele un abrazo.

A veces, la respuesta no está en lo que decimos, sino en cómo lo decimos.

¡Vamos a crear un mundo mejor con palabras amables y un abrazo a la vez!

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