Crianza positiva y crianza consciente. Cómo educar a los hijos.

El niño que no puedo tener un juguete de la tienda

Acompañamiento y Boticario de Crianza Positiva

CORREO DIARIO

Dario Strava

9/20/20243 min leer

¡Oye! No sabes lo que pasó hoy en la juguetería con Juan. Te prometo que fue una de esas escenas que podrían protagonizar una película de drama de Hollywood, con todo y lágrimas, miradas acusadoras y un mar de emociones que no te dejan ni respirar.

Todo comenzó cuando entramos a esa nueva juguetería que está cerca del centro comercial. Ya sabes, la que es como el paraíso para los niños, con juguetes hasta el techo y luces que brillan como si fueras a encontrar un tesoro en cada esquina. Juan, con esos ojazos llenos de emoción, se fue directo a la sección de figuras de acción. Esas que parecen hechas a la medida de sus sueños, con luces, sonidos y hasta un precio que te deja con la boca abierta. Pues ahí estaba, agarrando uno de esos muñecos que parece haber salido directo de sus fantasías más alocadas.

Yo, ya con la experiencia de batallas anteriores en tiendas, pensé: "Ok, esto lo manejamos sin dramas". ¡Ja! Qué inocente de mi parte. Cuando le dije que no podíamos comprarlo esta vez, ¡madre mía! Se desató la tormenta perfecta. Juan empezó a llorar con una fuerza que, te lo juro, hizo que todos en la tienda nos miraran como si estuviéramos en medio de un apocalipsis. Y no te hablo de un llanto cualquiera, no, esto fue un verdadero mar de lágrimas con gritos dignos de un Oscar.

Ahora, te pregunto, ¿te ha pasado alguna vez? ¿Ese momento en el que te preguntas si estás criando a un niño o a un pequeño dictador emocional? Porque ahí estaba yo, con las miradas de los otros padres clavadas en mi espalda, tratando de mantener la compostura mientras mi hijo se desmoronaba frente a mis ojos.

Pero aquí viene lo bueno y lo que no me di cuenta hasta después: Para Juan, ese juguete no era solo un muñeco, era la llave a otro mundo y cuando le dije que no, fue como si le cerrara la puerta en la cara a toda esa magia que había estado construyendo.

No era solo un "no" a un capricho; era un "no" a todo un universo de posibilidades que él ya había imaginado. Imagínate lo que es para un niño sentir que todo su mundo se desmorona solo porque no puede tener un juguete. ¿Te suena familiar? Porque a mí sí. Y es ahí donde me di cuenta de lo importante que es entender cómo nuestros hijos perciben las cosas.

Para ellos, a veces, un simple "no" puede ser devastador, no porque no entiendan el concepto de dinero, sino porque no entienden por qué no pueden tener algo que para ellos es tan significativo.

Y aquí te va la pregunta del millón: ¿Te imaginas cómo sería si siempre supieras cómo manejar estos momentos sin que te superen? Porque seamos realistas, a nadie le gusta perder los nervios ni sentir que no está entendiendo a su hijo.

Te cuento trucos y consejos en solo 3 minutos, para que no te vuelvas loco en el proceso.

Tus hijos aprenderán a manejar sus emociones y tú a no perder la calma. Lo agradecerás y ellos también.

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P.D. Al final, Juan me dijo que si no podía tener el juguete, al menos merecía un helado... ¡Este niño sabe negociar mejor que yo!

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