

Cómo educar a los hijos. Crianza positiva y consciente.
Desarrollar habilidades
Desarrollar habilidades: Niño robot, no sabe tomar decisiones
Cómo educar a los hijos con crianza positiva y respetuosa
BOTICARIO
Dario Strava
9/23/20244 min leer
¿Por qué mi hijo no puede tomar decisiones? ¡Vamos a descubrirlo!
Te cuento una anécdota curiosa: mi sobrino, Dani, es un niño increíble. Pero, ¡madre mía!, si le pides que elija entre dos sabores de helado, se queda bloqueado como si le hubieran preguntado por la raíz cuadrada de Pi. “¿Chocolate o fresa?”, y ahí se queda, mirando, sin poder decidir. Y no es que no le guste ninguno, ¿eh? Es que tiene ese miedo de equivocarse y que sus padres le echen la bronca. Ya te imaginas la situación, ¿verdad? Quizás te suene a alguien en casa.
El miedo a la reacción de los padres: Es súper común que los chavales no sepan decidir cuando lo que pesa más es el “¿Y si me regañan?”. ¡Claro! Imagina que cada decisión que tomas en tu día a día viene acompañada de la mirada severa de papá o mamá diciendo: “¡Te lo advertí!”. A veces, lo que sucede es que los padres no nos damos cuenta de que con una simple mirada, sin querer, ya estamos metiendo presión. Y no es que lo hagamos mal a propósito, simplemente estamos intentando educarles. Pero… ¿y si ese miedo empieza a bloquear al niño? Pues, mal asunto, ¿no?
La sobreprotección, ese “arma de doble filo”: Uno de los motivos más típicos es que algunos padres somos tan protectores que al final, sin querer, evitamos que nuestros hijos cometan errores. Entonces claro, si nunca han tropezado por sí mismos, ¿cómo van a tener confianza para tomar decisiones? ¡Es lógico que no se atrevan! Además, la sobreprotección puede enviar el mensaje de que ellos solos no son capaces de decidir sin nuestra ayuda.
Recuerdo que mi hermano, el padre de Dani, es de los que no le deja escoger ni qué camiseta ponerse, porque “no sea que vaya a hacer frío y pille un resfriado”. Y claro, Dani se acostumbra a que todo esté decidido por él y cuando llega el momento de decidir por sí mismo, ¡se queda paralizado!
El peso de los “errores” en su cabeza. Aquí está el truco: para un niño, cada pequeño fallo puede ser el fin del mundo. Y no es que sea algo tan catastrófico, pero si cada vez que se equivocan escuchan un “te lo dije” o “esto no era así”, se refuerza ese miedo. En el fondo, lo que más les preocupa es no defraudar a sus padres. Parece una tontería, pero para ellos ¡es como si tuvieran el peso del mundo en sus hombros!
¿Cómo podemos ayudarles a confiar en sus decisiones? Aquí es donde las cosas se ponen interesantes. Tenemos que encontrar la manera de darles un poco de espacio para fallar, para que vean que no pasa nada. Por ejemplo, la próxima vez que estés en una situación en la que tu hijo tenga que elegir, en lugar de decirle lo que crees que es mejor, déjale explorar sus opciones. Y ojo, no pasa nada si al final la elección no es la más acertada. ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¡Que aprenda algo nuevo!
Es importante hacerles saber que los errores no son el fin del mundo, sino el camino para aprender. Me recuerda a cuando aprendí a cocinar. ¡Madre mía las veces que quemé el arroz! Pero si no lo hubiera hecho, nunca habría aprendido a hacer una paella decente. Ahora mis amigos la piden cada vez que vienen, así que supongo que algo he mejorado.
En conclusión: Dejar que los niños cometan errores les enseña a decidir. Eso es lo que realmente les ayuda a crecer como personas autónomas. Si seguimos decidiendo por ellos, nunca aprenderán a enfrentarse a las situaciones de la vida real. Y recuerda: no pasa nada si a veces se equivocan, lo importante es que sepan que estarás ahí, apoyándoles, sin importar qué.
Así que, la próxima vez que tu hijo no sepa si elegir helado de chocolate o fresa, sonríe y dile: “Tranquilo, no importa cuál elijas, lo importante es disfrutarlo”.
Porque, al final del día, lo que más desean es saber que pase lo que pase, tú siempre estarás a su lado. ¡Y eso les da la confianza que necesitan para atreverse a decidir!
Gracias por leer, ¡y que nunca se te olvide dejar a los peques explorar sus propias decisiones!
Consejos Resumen
Ofrece opciones limitadas: No le pongas 10 cosas para elegir, porque se puede saturar. Dale solo dos o tres opciones claras. Por ejemplo, si es la hora de vestirse, dile: “¿Prefieres la camiseta roja o la azul?”. Así, tiene un rango más acotado y no se siente abrumado.
Deja que se equivoque y celebra los errores: Haz que los errores sean parte del aprendizaje, no algo que temer. Si toma una decisión que no sale bien, no lo regañes. Más bien, dile algo como: “Bueno, ahora ya sabes lo que no funciona, ¿qué podrías hacer diferente la próxima vez?”. De esta forma, transformas el error en una oportunidad para crecer.
Haz preguntas abiertas: En vez de darle la solución o guiarle hacia lo que crees que es correcto, pregúntale: “¿Qué crees que pasará si eliges esto?” o “¿Cómo te sentirías si tomas esta decisión?”. Esto le obliga a reflexionar sobre las consecuencias de sus elecciones y a pensar por sí mismo.
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