Cómo educar a los hijos. Crianza positiva y consciente.

Desarrollar habilidades

Desarrollar habilidades: Aprender sin saturarse

Cómo educar a los hijos con crianza positiva y respetuosa

BOTICARIO

Dario Strava

9/22/20244 min leer

¡Aprender sin saturarse: el secreto que nadie te cuenta!

Voy a empezar con algo que me pasó el otro día con mi sobrino, Sergio. Tiene cinco años y como todos los niños, está en esa etapa en la que empiezan a relacionar las letras y los números. Un día, mi hermana, súper entusiasmada, le puso delante un libro de matemáticas para niños.

La pobre, llena de buenas intenciones, pero… ¿Sabes qué pasó? Sergio se saturó. Después de veinte minutos, lo único que quería hacer era irse a jugar con su dinosaurio de plástico y olvidarse de los números. Y yo lo entiendo, ¡es que no se le puede pedir tanto!

¿Por qué el cerebro necesita tiempo? A ver, es que estamos programados para aprender, pero no de golpe. El cerebro necesita su espacio, como cuando vas a una fiesta, no puedes hablar con todo el mundo al mismo tiempo, ¿verdad? Lo mismo pasa con aprender.

Si bombardeas el cerebro con demasiada información de una, este se cierra. ¡Puff! Como cuando tú intentas hacer dieta y te pones de mala leche solo con pensar en lechuga. No funciona así, el aprendizaje es como un buen guiso, lento y constante.

La importancia de la constancia: Por eso yo os envío un correo al día y los niños deben aprender de la misma forma. No puedes agobiar, no quieres que los niños sientan que un área de conocimiento es pesada, porque tienen que leer, hacer ejercicios o practicar algo durante mucho tiempo en uno o dos días de golpe. Es como pretender aprender inglés en 24 horas. ¡Por Dios, no! Si eso fuera posible, ya estaría dominando el chino mandarín, el alemán y el lenguaje de señas.

Pero no, la realidad es que lo mejor es ir poco a poco, como el gotero de una botella de vino, una gotita aquí, otra allá, y al final tienes una copa llena.

Los niños y los tiempos de maduración: Esto también se aplica a los niños, ¿sabes? Mi hermana no lo entendía al principio, pero se lo expliqué: “Los niños tienen su propio tiempo de maduración, como los aguacates, no todos están listos al mismo tiempo”. Y no es solo para las letras o los números, ¡es para todo! Un niño no va a aprender a escribir su nombre a los tres años si aún está más interesado en construir castillos con bloques. ¡Y está bien! Porque cuando el cerebro está listo, el aprendizaje se asienta mejor.

El beneficio de no saturar: Menos frustración, más resultados. Ahora, imagina esto: si intentas aprender algo y te saturas, te frustras. Si te frustras, lo dejas. Y si lo dejas, pues adiós progreso. Pero si lo haces despacito, con calma y sin estrés, consigues asimilar mucho más y terminas disfrutando el proceso.

Y no te engañes, no hay nada más satisfactorio que entender algo nuevo y pensar “¡Ey, lo he conseguido!”. Esa sensación no tiene precio. La frustración, por otro lado, te hace tirar la toalla antes de haber empezado.

En conclusión: Menos siempre es más. Así que, aquí va el consejo del día: no satures a tu hijo para que intente aprenderlo todo de golpe, porque al final, se quedará con las manos vacías. Mejor ir paso a paso, disfrutando el camino. Ya sea que estés enseñando a un niño o aprendiendo tú mismo algo nuevo, recuerda que el cerebro necesita tiempo, ¡no es una máquina!

Y oye, ya que estamos, si aplicas esto a tu vida diaria, verás cómo de repente todo empieza a encajar. Constancia, calma y un correo al día, un ejercicio al día, una lección al día. No más.

Gracias por leer hasta aquí y recuerda: la vida no es una carrera, es un maratón. ✨ ¡Vamos a disfrutar del proceso!

Consejos Resumen

Divide el aprendizaje en sesiones cortas: No intentes abarcar todo en una sola sesión. Si estás enseñando a un niño a leer o aprender números, limita el tiempo de estudio a 15-20 minutos.

Para adultos, si estás aprendiendo un nuevo idioma o habilidad, dedica 30 minutos al día, ¡y listo! Menos tiempo, pero con más frecuencia es mucho más efectivo.

Refuerza lo aprendido con descansos y juegos: Después de un bloque corto de aprendizaje, permite un descanso o una actividad lúdica relacionada con el tema. Por ejemplo, si estás enseñando números a un niño, después de la “clase”, juega a contar objetos en casa.

Para adultos, después de aprender un nuevo concepto, sal a caminar o realiza una actividad que te relaje, así le das al cerebro tiempo para procesar.

Crea una rutina diaria sin presión: Haz del aprendizaje algo constante, pero sin estrés. Crea una pequeña rutina que sea parte de tu día, como cepillarse los dientes. Establece una hora fija y cúmplela, pero sin presión. Si un día no puedes, ¡no pasa nada! Pero intenta no fallar más de un día a la vez.

Anota en un calendario cada día que cumples con esa actividad y durante 30 días no falles más de dos seguidos. Así aquello que estás incorporando a tu vida se convertirá en un hábito.

Si quieres más píldoras como esta, te suscribes entrando en dariostrava.com o aquí abajo.

Solo si te suscribes ahora, recibe GRATIS las 7 claves para educar sin estrés y sin culpa

Consulta la política de privacidad aquí

Pon tu correo y te las envío👇

Educa familias sin estrés y sin culpa