Crianza positiva y consciente. Disciplina positiva. Cómo educar a los hijos.

Comunicación: Lucía le dice "eres mala y tonta"

Cómo educar a los hijos con crianza positiva y respetuosa

BOTICARIO

Dario Strava

8/14/20244 min leer

Cuando las palabras duelen más que el silencio - La noche que Lucía aprendió sobre las consecuencias

Hace un par de noches, mientras el reloj marcaba las diez y la casa estaba envuelta en ese típico silencio de fin de jornada, ocurrió una de esas situaciones que dejan una enseñanza para toda la vida. Todo comenzó con Lucía, mi hija de cinco años, quien había pasado un día de esos que parecen interminables, lleno de juegos, risas y alguna que otra travesura con su hermano, una prima y una amiga del barrio.

Cuando la diversión se convierte en tensión: Ya te lo imaginas, ¿verdad? Después de un día así, la energía de los peques está por las nubes, pero al mismo tiempo, el cansancio empieza a hacer mella. Esa noche, como cualquier otra, llegó la temida hora de ir a la cama. Pero Lucía, en su estado de euforia y agotamiento mezclados, no estaba dispuesta a que la diversión terminase tan pronto. Cuando le dije que era hora de dormir, con esa ternura y firmeza que los padres tratamos de equilibrar, soltó un “¡Eres tonta!” que me dejó congelada por un segundo.

Las palabras tienen peso: Mira, te voy a ser sincera. Por un momento quise pasar por alto su comentario, hacer la vista gorda como decimos por aquí, pero una vocecita en mi interior me recordó que estos momentos son claves en la crianza. Si lo dejaba pasar, ¿qué le estaría enseñando? Así que, con la mayor calma que pude reunir, decidí no contarle la historia nocturna que tanto le gusta. Y entonces ocurrió lo inevitable: Lucía se enfureció.

Es curioso, porque cuando somos pequeños, no medimos el peso de nuestras palabras. Para ella, llamar a alguien “tonto” no era más que una forma de expresar su frustración. Pero yo sabía que detrás de esas palabras había una lección importante que debía aprender. Así que, cuando su frustración escaló a llamarme “mala” y el llanto estalló como un volcán, tuve que tomar una decisión rápida para no despertar al resto de la casa. Bajamos al sótano, un lugar donde podíamos hablar sin interrupciones y donde ella podía calmarse sin sentirse observada.

El valor de mantenerse firme: La verdad es que no fue fácil. Nadie nos prepara para esos momentos en los que tienes que ser el “malo de la película” para el bien de tus hijos. Allí, en el sótano, con su llanto resonando en las paredes de cemento, me vi obligada a explicarle, una y otra vez, que las palabras tienen consecuencias. Y no, no es fácil ver a tu hija tan alterada, pero en esos momentos, uno tiene que pensar en el largo plazo. Finalmente, después de mucho llanto y algunas palabras suaves, Lucía entendió que no habría historia esa noche.

Y ¿sabes qué? Lo entendió. De verdad lo hizo. Se calmó, volvimos a su cama y se durmió tranquila. A la mañana siguiente, el tema no salió a relucir, pero noté algo diferente en ella, una especie de respeto renovado hacia las palabras y hacia mí.

Reflexión final: Una lección para ambos. En general, esta experiencia no solo le enseñó a Lucía que las acciones tienen consecuencias, sino que me recordó lo importante que es mantenernos firmes en esos pequeños momentos. Sé que el dolor de escuchar a tu hijo decir cosas hirientes puede ser devastador, pero evitar que aprenda la lección puede ser aún peor a largo plazo. A veces, el mayor acto de amor es el que más nos cuesta ejecutar.

Gracias por leer hasta el final, de verdad. Criar a nuestros hijos no es tarea fácil, pero cada pequeño paso cuenta en su desarrollo

¡Recuerda, tus palabras y decisiones como padre también tienen un impacto enorme!

Las pequeñas batallas del día a día forman el carácter de nuestros pequeños

Consejos Resumen

Mantén la calma ante el mal comportamiento: Responde con tranquilidad y firmeza cuando tu hijo te insulte o se comporte mal. Esto enseña autocontrol y evita que la situación se intensifique.

Establece consecuencias claras y coherentes: Si decides que algo no va a suceder debido al mal comportamiento, mantente firme. Esto ayuda a los niños a entender que sus acciones tienen repercusiones reales.

Refuerza el comportamiento positivo: Alaba y reconoce cuando tu hijo muestra respeto y autocontrol. Esto refuerza el buen comportamiento y construye una relación más positiva y amorosa.

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