

Crianza positiva y consciente. Disciplina positiva. Cómo educar a los hijos.
Comunicación: La madre le habla bien al niño y mal al padre
Cómo educar a los hijos con crianza positiva y respetuosa
BOTICARIO
Dario Strava
8/10/20243 min leer
La importancia de cómo hablamos en casa y fuera de ella
Imagina esto, una tarde cualquiera en casa. Mi hijo, con esa carita de satisfacción, me muestra un castillo hecho con bloques de Lego y claro, mi corazón se derrite. “¡Ahí va, mi niño, qué chulada has hecho!”, le digo, mientras él sonríe de oreja a oreja. Mi marido, no queriendo quedarse atrás, me llama desde la cocina: “Nena, mira que he recogido el lavavajillas y lo bien que he limpiado todo”. Pero, ¿cuál es mi respuesta? “Eso es lo que tienes que hacer, lo que tendría que estar hecho antes”. Y ahí está la clave de todo: ¿Qué estamos enseñando realmente a nuestros hijos con nuestras palabras y acciones?
La comunicación en casa: En casa, intentamos ser los mejores ejemplos para nuestros hijos. Les hablamos con cariño, les elogiamos y les enseñamos a ser amables. Pero, ¿qué pasa cuando cambiamos el tono con nuestra pareja, nuestros padres o incluso con el vecino? Mi hijo me ve alabar sus creaciones con ternura, pero también escucha cómo critico al padre por algo tan trivial como limpiar la cocina. Esa inconsistencia puede ser peligrosa.
El impacto en los niños: Los niños son esponjas, absorben todo lo que ven y oyen. Si les hablamos con amabilidad, pero luego nos oyen ser duros o irrespetuosos con otras personas, están recibiendo un mensaje contradictorio. Ellos pueden interpretar que está bien hablar mal de los demás siempre y cuando no sean ellos los destinatarios de esos comentarios. ¡Menudo lío!
Un ejemplo personal: Recuerdo una vez que mi hijo pintó un dibujo en el que estábamos abrazados. “¡Qué bien pintas, mi amor, muchas gracias!”, le dije. Pero, justo después, su padre comentó: “¿No ves que ha pintado cuatro garabatos que no se entienden?”. La madre en mí saltó y le respondí, quizá no de la mejor manera: “Tú cállate y ponte a doblar ropa”. ¿Qué aprendió mi hijo? Que mamá le apoya, pero también que está bien hablarle mal a papá.
Mantener una comunicación amable: La comunicación amable no solo es importante cuando nuestros hijos están presentes. Si queremos que ellos crezcan siendo personas que saben tratar a los demás con respeto, debemos ser consistentes en nuestra manera de hablar, siempre. Es crucial mantener ese tono amable y respetuoso, incluso cuando estamos frustrados o cansados. ¿Por qué es esto tan importante? Piensa en cómo te sentirías si todos a tu alrededor te hablaran con respeto y amabilidad. La vida sería mucho más agradable, ¿verdad? Además, es más importante caer bien que saber mucho. Las habilidades sociales y la capacidad de comunicarse efectivamente son esenciales para el éxito en la vida. No queremos que nuestros hijos crezcan y se conviertan en adultos que nadie soporta porque no saben hablar con los demás.
En conclusión: Finalmente, mantener una comunicación amable y respetuosa con todos, no solo con nuestros hijos, sino con todas las personas en nuestras vidas, es fundamental. No solo les estamos enseñando a ser mejores personas, sino que también estamos construyendo un entorno más positivo y agradable para todos. Y, al final del día, eso es lo que realmente importa.
Gracias por leerme. ¡Recuerda siempre tratar a los demás como te gustaría que te trataran a ti!
Dato curioso: ¿Sabías que los niños que crecen en hogares donde se practica la comunicación respetuosa tienen un 70% más de probabilidades de desarrollar habilidades sociales sólidas? ¡Es increíble cómo nuestras palabras pueden moldear su futuro!
Consejos resumen
Sé un ejemplo constante: Habla con amabilidad y respeto, no solo con tus hijos, sino con todos. Los niños imitan lo que ven. Si mantienes un tono positivo, aprenderán a tratar a los demás con respeto.
Valida sus emociones: Escucha y valida los sentimientos de tus hijos sin juzgar. Esto les enseñará a gestionar sus emociones de manera saludable y a ser empáticos con los demás.
Refuerza lo positivo: Elogia y celebra los comportamientos buenos en lugar de centrarte en los negativos. Esto motiva a los niños a repetir las acciones positivas y crea un ambiente más armonioso en casa.
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