

Crianza positiva y consciente. Disciplina positiva. Cómo educar a los hijos.
Comunicación: El niño no le da la mano, el padre le grita
Cómo educar a los hijos con crianza positiva y respetuosa
BOTICARIO
Dario Strava
8/13/20244 min leer
El error que todos cometemos al interpretar a los demás
¡Ay, madre mía! Te voy a contar lo que pasó el otro día en un parque de bolas que de verdad me dejó pensando. Fue una escena bastante común, de esas que todos hemos presenciado en alguna ocasión, pero esta vez me tocó reflexionar un poco más a fondo sobre lo que realmente estaba ocurriendo. Y no, no me estoy poniendo filosófico, simplemente me di cuenta de algo que si te soy sincero, me ha hecho cambiar la forma en la que interpreto las cosas que pasan a mi alrededor.
La anécdota del parque de bolas: Imagina la escena, estoy en un parque de bolas con mi hijo celebrando un cumpleaños. Todo risas y saltos hasta que de repente, uno de los niños decide salir disparado hacia la calle. El padre que lo ve todo, le grita que le dé la mano. El niño ni caso, se metre hacia dentro otra vez a jugar. El padre ya con los nervios de punta, le vuelve a gritar, esta vez más fuerte y le suelta un: “¡NIÑO! ¿PERO TÚ ME QUIERES HACER CASO? ¡QUE ESTÁS PASANDO DE MÍ! ¡TÚ NO PUEDES IGNORARME COMO SI YO NO FUESE NADIE, QUE SOY TU PADRE!” 😲
El niño, pobrecito, se queda con cara de perro apaleado, de esas que te parten el corazón y balbucea un “vale, papi” en un tono asustado. Y claro, ahí me quedé yo pensando en cuántas veces muchas personas hacen lo mismo sin darse cuenta.
La trampa de la interpretación: ¿Qué es lo que pasa aquí? El padre, desde su perspectiva interpreta que su hijo lo está ignorando, que pasa de él deliberadamente, cuando la realidad es mucho más simple: el niño está tan concentrado en volver al juego que ni siquiera escucha las palabras de su padre. Vamos, que no es maldad ni rebeldía, es pura distracción infantil.
Y ahí es cuando me doy cuenta de que todos caemos en esa trampa más veces de las que nos gustaría admitir. Interpretamos que las acciones de los demás están dirigidas a nosotros, que si no nos prestan atención es porque no les importamos, que si no hacen lo que pedimos es porque quieren hacernos daño. Pero en la mayoría de los casos, la realidad es que las personas están en su propio mundo, lidiando con sus propios pensamientos y emociones y lo último que tienen en mente es hacerte sentir mal.
El desafío de no tomarlo personal: Lo sé, lo sé, es más fácil decirlo que hacerlo, porque cuando te encuentras en medio de una situación en la que sientes que te están ignorando, es muy difícil no tomárselo personal. ¿Cuántas veces te has sentido dolido porque alguien no te respondió un mensaje, o porque te pareció que un amigo estaba distante? Nos pasa a todos, pero aquí va la cuestión: ¿y si no se trata de ti?
En serio, piensa en todas esas veces que has estado tan sumido en tus propios pensamientos que no te diste cuenta de lo que te dijeron, o que simplemente estabas demasiado cansado para responder un mensaje de inmediato. Ahora, multiplica eso por todas las veces que otros han estado en la misma situación y te darás cuenta de que la mayoría de los malentendidos podrían evitarse si simplemente no interpretáramos todo desde un prisma tan personal.
Reflexión final: no eres el centro del universo (y eso está bien): En general, si hay algo que
he aprendido de esta pequeña experiencia en el parque de bolas, es que necesitamos dar un paso atrás antes de reaccionar. No siempre se trata de nosotros y eso es algo liberador. Así que la próxima vez que sientas que alguien te está ignorando o pasando de ti, pregúntate primero: ¿podría ser que simplemente estén en su propia cabeza?
¡Gracias por leer! Espero que esta reflexión te haya dado algo en qué pensar.
A veces, la vida es más simple de lo que parece, y no todo es un ataque personal.
Recuerda: no eres el centro del universo, pero eso no significa que no seas importante.
¡Nos vemos en la próxima! Y como diría mi abuelo, "a mal tiempo, buena cara".
Consejos resumen
Escucha activa: Antes de reaccionar, asegúrate de entender lo que realmente pasa por la mente de tu hijo. La mayoría de las veces, los niños no están ignorándote, solo están distraídos o concentrados en otra cosa.
No te lo tomes personal: Recuerda que los niños no siempre actúan para desafiarte. A menudo, sus acciones reflejan su desarrollo y curiosidad, no un ataque hacia ti.
Comunicación respetuosa: Evita los gritos y amenazas. En su lugar, utiliza un tono calmado y firme para guiar a tu hijo, mostrándole respeto y comprensión.
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